Howlita

Durante este año he estado un tanto apartada del blog, entre otras cosas porque he dedicado la mayor parte de mi tiempo libre al estudio de las Flores de Bach, a jabonear y a potinguear haciendo cremas y otros productos naturales.
Pero justo hoy he estado con una buena amiga de Espai de Llum, y hemos estado hablando de piedras y minerales. Y con la Howlita (y la Magnesita) hemos topado. Así que, dedicado a Fátima, un poco de Howlita.




La Howlita es un mineral de la clase de los boratos, concretamente un borosilicato, que se puede encontrar de color blanco o verde, de apariencia marmórea.
Se diferencia de la Magnesita, una piedra muy parecida a la Howlita, en que es más lisa, menos rugosa.
Entre sus principales propiedades destaca que es una piedra relajante; puesta bajo la almohada ayuda a conciliar el sueño. Es una piedra que ayuda también en la meditación, abriendo y preparando la mente para recibir sabiduría y comprensión. De la misma forma, abre los caminos en las regresiones a vidas pasadas, si se la coloca sobre la frente.
La Howlita ayuda a superar la tendencia a criticar i disuelve la ira. Fortalece, asimismo, los rasgos positivos del carácter.
A nivel físico equilibra los niveles de calcio en el cuerpo, y es sanadora para los dientes y los tejidos blandos.

La Howlita se utiliza en la confección de cabuchones, objetos de decoración, pequeñas tallas o componentes de joyería. La Howlita azul (teñida) se utiliza como sustituta de la Turquesa (Falsa Turquesa) y, a veces se comercializa como Turquenita. Esto también se hace con la Magnesita.


Signos zodiacales afines: Géminis, Càncer y Capricornio.

Unas sabias palabras

Me ha llegado por correo este poema de Víctor Hugo. Me ha parecido tan lleno de sabiduría y amor que quiero compartirlo en estas fechas tan especiales.


Te deseo primero que ames, 
y que amando, también seas amado. 

Y que, de no ser así, seas breve en olvidar 
y que después de olvidar, no guardes rencores. 
Deseo, pues, que no sea así, pero que si es, 
sepas ser sin desesperar. 

Te deseo también que tengas amigos y que, 
incluso malos e inconsecuentes, sean valientes y fieles, 
y que por lo menos haya uno 
en quien confiar sin dudar. 

Y porque la vida es así, te deseo también que tengas enemigos. 
Ni muchos ni pocos, en la medida exacta, 
para que, algunas veces, 
te cuestiones tus propias certezas. 
Y que entre ellos, haya por lo menos uno que sea justo, 
para que no te sientas demasiado seguro. 

Te deseo además que seas útil, más no insustituible. 
Y que en los momentos malos, cuando no quede más nada, 
esa utilidad sea suficiente para mantenerte en pie. 

Igualmente, te deseo que seas tolerante; 
no con los que se equivocan poco, porque eso es fácil, 
sino con los que se equivocan mucho e irremediablemente, 
y que haciendo buen uso de esa tolerancia, 
sirvas de ejemplo a otros. 

Te deseo que siendo joven no madures demasiado de prisa, 
y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer, 
y que siendo viejo no te dediques al desespero. 
Porque cada edad tiene su placer y su dolor 
y es necesario dejar que fluyan entre nosotros. 

Te deseo de paso que seas triste. 
No todo el año sino apenas un día. 
Pero que en ese día descubras que la risa diaria es buena, 
que la risa habitual es sosa y la risa constante es malsana. 

Te deseo que descubras, con urgencia máxima, 
por encima y a pesar de todo, 
que existen, y que te rodean, seres oprimidos, 
tratados con injusticia y personas infelices.

Te deseo que acaricies un perro, alimentes a un pájaro 
y oigas a un jilguero 
erguir triunfante su canto matinal, 
porque de esta manera sentirás bien por nada. 

Deseo también que plantes una semilla, 
por más minúscula que sea, 
y la acompañes en su crecimiento, 
para que descubras de cuántas vidas está hecho un árbol. 

Te deseo, además, que tengas dinero, 
porque es necesario ser práctico. 
Y que por lo menos una vez por año 
pongas algo de ese dinero frente a ti y digas: "Esto es mío". 
sólo para que quede claro quién es el dueño de quién. 

Te deseo también que ninguno de tus afectos muera, 
pero que si muere alguno, puedas llorar sin lamentarte 
y sufrir sin sentirte culpable. 

Te deseo por fin que, tengas un buen amor, 
mañana y al día siguiente, 
y que cuando estéis exhaustos y sonrientes, 
habléis sobre amor para empezar de nuevo. 

Si todas estas cosas llegaran a pasar, 

no tengo más nada que desearte. 

                                                                Navidad 2013