Sentirse bien


Vamos a empezar aquí una serie de artículos que pienso que pueden ser interesantes más que nada porque nos pueden ayudar a tomar, si cabe, más conciencia de nosotros mismos. Seguramente no soy yo la mejor persona para dar lecciones sobre estos temas, ni es ésta mi intención, pero como personalmente me interesan para poder sentirme mejor conmigo misma, he ido leyendo, investigando y poniendo en práctica, o al menos intentándolo, diversas ideas sobre cómo sentirse mejor con uno mismo, que, en el fondo, es lo mejor que puede pasarnos en la vida: sentirnos bien con nosotros mismos y con el universo entero, ¿no?
Primera cuestión y creo que importante:
¿Cuántas veces al día nos dedicamos a nosotros mismos? Evidentemente podríamos decir que nos dedicamos casi todo el día a nosotros mismos, pero si nos paramos a pensar nos damos cuenta de que no es así ni de lejos. Realizamos las cosas por rutina y casi siempre sin pararnos a observar qué estamos haciendo y si lo que hacemos nos hace sentir bien o no. Intentaré explicarme.  
Desde que despertamos por la mañana hasta que volvemos a dormirnos por la noche pasan muchas horas, y hacemos un sinfín de tareas, incluso se ha llegado a calcular que por nuestra mente pueden llegar a pasar al día unos 60.000 pensamientos. ¿Y cuántos de esos tienen que ver con nuestro Yo interior? Pocos, poquísimos, por no decir que a veces ninguno, no tenemos tiempo, vivimos estresados. Normalmente cuando estamos en el trabajo estamos al cien por cien (o al menos deberíamos para poder rendir bien en ese trabajo). Y es eso, estamos con el trabajo, no estamos con nosotros mismos. ¿Nos paramos a pensar cuántas veces hacemos el ritual de la ducha pensando en lo que tenemos que hacer durante el día y no dedicando ese mismo ritual a nuestro cuerpo, que es quien debe agradecerlo más? Parecerá una tontería, pero el simple hecho de entrar en la ducha y dedicarnos sólo a sentirnos bien y a energetizar nuestro cuerpo, o al contrario, a pensar que en ese acto podemos relajarnos si estamos tensos, nos hace enfrentarnos a nuestro día a día de distinta manera. Haced una prueba. Si cuando os levantáis, por ejemplo, sabéis que vais a tener un día ajetreado, por ejemplo, y os sentís con pocas fuerzas, cerrad los ojos e imaginad que el agua que sale de la ducha es de color naranja. Os hará sentir más vitalizados. Ya me lo contaréis. Yo he hecho la experiencia y será por sugestión o no, me funciona. De la misma manera, si necesito tranquilizarme, imagino que el agua es de un tono azul celeste o violeta. Y también funciona. ¿Será cierto que la
cromoterapia funciona? Estoy convencida de ello. Y ahondaré en el tema en otro momento. Bueno, he puesto el ejemplo de la ducha porque es un tiempo normalmente en que solemos estar a solas, aunque no siempre pensando en nosotros mismos.
Otro momento interesante del día en que se puede estar a solas con nosotros mismos es en el momento de despertar. Poner el despertador unos diez minutos antes de tener que levantarse y poder dedicarlos a tener pensamientos positivos ayuda a empezar bien. Por ejemplo, se puede decidir: “voy a vivir el día plenamente, sin preocuparme por la forma en que voy a solucionar todos mis problemas en este día; sólo voy a ocuparme de lo que realmente tenga valor hoy”, o de otro estilo: “hoy voy a rodearme sólo de personas, lugares y situaciones que me van a ayudar a sentirme bien conmigo misma y con los demás”, aunque ésas sean las personas con las que convivimos día a día, minuto a minuto y que muchas veces nos hagan sentir mal. En realidad, ellos sólo son el reflejo de nosotros mismos. Si nos hacen estar mal, no son ellos los que están mal, somos nosotros aunque no queramos darnos cuenta. Por lo tanto, si decidimos tener sólo pensamientos positivos (aunque eso nos cueste mucho) nuestro día cambiará y nos sentiremos mucho mejor.
Bueno, seguiremos en otro momento.  Hay un sinfín de cosas por decir sobre la autoestima, por ejemplo, o sobre como sentirnos a gusto en nuestra propia casa, que no siempre es fácil…  Y más temas que espero irán saliendo.

Breve historia del Reiki

Según cuenta la tradición, el Reiki forma parte de cada uno de nosotros desde tiempos inmemoriales. Pero esta tradición se fue perdiendo hasta que a finales del siglo XIX un japonés, Mikao Usui, sacerdote cristiano, decano de la universidad cristiana de Kyoto, a raíz de una discusión con un grupo de discípulos se dedicó a buscar la respuesta que no había sabido dar a sus preguntas: ¿por qué no existía en el mundo actual sanadores que lo hiciesen de la misma forma como sanaba Jesús? Mikao Usui, al no saber dar una contestación a esa pregunta, se sintió ultrajado, por lo que decidió dimitir de sus funciones y dedicarse a buscar una respuesta a ese gran misterio. Tras años de investigación optó por marchar a Estados Unidos para realizar estudios de las escrituras cristianas en la Universidad de Chicago, donde se doctoró en Teología, al mismo tiempo que estudiaba historia comparada de las religiones y aprendía sánscrito, el antiguo idioma litúrgico de la India y el Tibet. Durante ese tiempo pudo constatar las similitudes entre la vida seguida por Buda, en la India, y la de Jesús, por lo que derivó su búsqueda a través del conocimiento budista. Lo que llamamos hoy Reiki se conoció en la India desde los tiempos de Gautama Siddharta y se puede ver escrito en los Sutras budistas, donde varios textos explican los ritos y las oraciones para invocar al Buda sanador. Pero aún no satisfecho con los resultados obtenidos por sus investigaciones, Mikao Usui decidió regresar a Japón e inició una serie de viajes por numerosos monasterios, hasta que ingresó en un monasterio Zen donde se encontraban los textos que describían la fórmula terapéutica que había recogido un discípulo desconocido de Buda. En los manuscritos encontró los signos y la forma de transmitir las sanaciones, pero no se incluía la manera de activar la energía sanadora. Un anciano monje le aconsejó que marchara a meditar al monte sagrado Kuri, confiando que así le sería desvelado el secreto de la energía curativa.
El doctor Mikao Usui decidió, pues, iniciar un período de ayuno y meditación de veintiún días con el fin de purificarse. Para contar el tiempo recogió veintiuna piedrecitas que iba descartando cada día que pasaba.
Cuando ya iba a desprenderse del último guijarro, pasados los veintiún días, abatido por no haber dado con la solución, de repente vio acercarse una luz blanca que, desde el cielo, le golpeó en la frente. El rayo le hirió en la zona del tercer ojo y perdió el conocimiento durante unos instantes. Cuando se recuperó pudo ver inifinidad de luces de colores que, a modo de burbujas iban apareciendo frente a él, hasta que, finalmente, uno a uno se le aparecieron los símbolos sagrados y también la forma de utilizarlos. En aquel momento supo que acababa de ser iniciado en el conocimiento de cómo utilizar los símbolos y de cómo activar su poder en otras personas, rescatando así un método ancestral de curación.
El doctor Usui por fin sabía cómo curaban Buda y Jesús. Mientras descendía del monte tuvo varios tropiezos y pudo curarse él mismo con la energía a la que llamo Reiki. La primera curación fue una herida sangrante de su pie. Cuando la tocó, sus palmas se calentaron y al poco se le calmó el dolor y se detuvo la hemorragia. Poco después pudo comer de forma opípara, sin dañar su organismo después de los veintiún días de ayuno. Y curó un dolor de muelas de la hija del tabernero que le atendió. Posteriormente, al llegar al monasterio pudo aliviar de una fuerte artritis al Lama que estaba postrado en cama.
El doctor Usui se dedicó a aplicar sus nuevos conocimientos para favorecer a los habitantes de los barrios más pobres de Kyoto. Pero al transcurrir el tiempo se dio cuenta de que no bastaba con aliviar las enfermedades del cuerpo, ya que una verdadera cura tenía que implicar, también, una regeneración espiritual.
Antes su fallecimiento en 1930, el doctor Mikao Usui dedicó sus esfuerzos a propagar las enseñanzas del Reiki y nombrar nuevos maestros. Entre ellos cabe destacar al doctor Chujiro Hayashi , quien prosiguió la labor del doctor Usui después de su muerte.
Chujiro Hayashi había conocido a Mikao Usui en 1925. Era oficial de la Armada Imperial en situación de reserva. Recibió formación de Reiki en grado de maestro y fundó una pequeña clínica en Tokio. El doctor Hayashi fue el primero en confeccionar un método de tratamiento integral al darse cuenta de que la energía fluye hacia los órganos que lo necesitan. Formó equipos de terapeutas que practicaban con los pacientes que acudían a su clínica buscando la sanación. A este centro acudió Hawayo Takata.
Hawayo Takata está considerada la tercera Gran Maestra de Reiki al recibir este grado de manos del doctor Hayashi. Takata había enviudado joven y su salud se había deteriorado rápidamente, de tal forma que tenía que ser operada de urgencia en un hospital, cuando oyó una voz que le decía: "La operación no es necesaria". A través de una hermana del cirujano que tenía que operarla conoció la clínica del doctor Hayashi. Ingresó en ella y en el plazo de cuatro meses la enfermedad remitió por sí sola. Takata recibió de manos de Hayashi la Maestría de Reiki en 1938 y ejerció como terapeuta hasta 1976. Desde ese año se dedicó a formar nuevos maestros para que difundieran por todo el mundo las enseñanzas del Reiki. Murió en 1980, cuando ya había 21 maestros de Reiki entre Estados Unidos y Canadá. Su sucesora fue su nieta Phyllis Lei Furumoto, quien detenta el título de Gran Maestra de Reiki Tradicional Usui o Usui Reiki Ryoho. En los últimos años el Reiki se ha extendido por todo el mundo y se han multiplicado de forma asombrosa el número de sus seguidores, entre los cuales me siento muy honrada de pertenecer.

Los minerales

Como ya habéis podido comprobar, me gustan mucho los minerales; siempre llevo un cuarzo transparente en un bolsillo, que voy acariciando o incluso apretando en algunos momentos del día… También suelo llevar, por supuesto, pendientes, collares y pulseras de minerales, y aunque éstos dependen un poco más de la combinación de la indumentaria que voy a llevar, sí es cierto que me siento muy atraída por las ágatas, el lapislázuli y los corales. Lo que no suelo olvidar, aunque normalmente no lo llevo muy visible, es un colgante de turmalina negra o de labradorita, para sentirme segura y protegida.
No soy una experta en minerales, simplemente me atraen mucho y creo que tienen propiedades, que iré exponiendo más adelante, sobre todo por la energía que transmiten. No hemos de olvidar que los minerales emiten una vibración, aunque no sea perceptible a veces ni por el tacto ni por la vista.
Me he interesado mucho tanto por las propiedades curativas de las piedras como por sus propiedades espirituales. Como ya digo, no soy ninguna experta en la materia. Quiero realizar pronto un curso de gemoterapia para poder clarificar mis ideas, porque, si bien he leído varios libros sobre el tema y he intentado realizar una pequeña labor de investigación por Internet, sólo he podido concluir que en cuanto a sus atributos más espirituales, los diferentes autores no se ponen muy de acuerdo. Sí estoy segura de que ejercen ciertos “poderes”, pero también estoy convencida de que el estado de ánimo, la receptividad de las personas e incluso el inconsciente colectivo influyen sobremanera en una percepción u otra de la persona con respecto al mineral. A mí, personalmente me ayudan y mucho, me dan energía, me calman, me “¿protegen?” Estoy segura de ello. Y es posible que también curen, muchos autores así lo afirman, de ahí que voy a hacer un curso de gemoterapia. Y es por esto que he pensado dedicar una parte del blog a hablar de ellos, porque forman parte de mi vida.
Ahora, por el momento, simplemente empezaré por una introducción enciclopédica de los minerales, para pasar en otros artículos a sus otras características.
La mineralogía.   La persona humana se ha sentido siempre atraída por la belleza de las piedras preciosas y semipreciosas, y minerales en general. Pero como ya he dicho,  los minerales son mucho más que piedras que atraen únicamente por su belleza. Tanto las piedras preciosas como las semipreciosas y también los minerales en general han sido usados en ornamentación y como símbolos de poder desde tiempos inmemoriales.
De su estudio se ocupa la mineralogía, que es la ciencia que estudia los minerales en todas sus formas bajo los conceptos de origen, forma externa, estructura interna, características físicas (dureza, color, exfoliación, fractura, etc.)
¿Y qué es un mineral? Se puede definir como una sustancia química de origen natural con una estructura cristalina determinada y que se puede identificar por sus características físicas.
Se puede definir a un cristal como una sustancia química sólida caracterizada por el hecho de que sus átomos están dispuestos según un esquema determinado. Generalmente los cristales están limitados por superficies geométricas planas y pueden haberse formado de manera natural o artificial (estos últimos no entran en el rango de minerales). La gran mayoría de minerales se compone de varios elementos químicos diferentes. Sólo unos pocos, como el oro, la plata, el cobre y el azufre representan un elemento químico en su forma más pura.
Los minerales se caracterizan por un aspecto exterior muy variable. Así, se tienen que tener en cuenta varios factores para poder determinar una especie de mineral u otra: la dureza o fragilidad, la raya, la densidad, la resistencia, la exfoliación, el brillo, el color…
Se puede decir que lo que caracteriza realmente a un mineral es su estructura interna bien definida, sus propiedades físicas y químicas y su representación mediante una fórmula química.
Los minerales normalmente son el resultado de la precipitación o solidificación de una solución, de vapor o de rocas en fusión o magma. Cuando las condiciones de temperatura y presión cambian, algunas rocas pueden transformarse y de este proceso surgen rocas denominadas metamórficas. También existen en la superficie de la tierra minerales que nacen de una reacción química con el oxígeno o de la erosión producida por determinados agentes atmosféricos.
Los minerales únicamente se encuentran en forma de cristales bien formados en el interior de las rocas, dentro de grietas donde han podido crecer con total libertad.
Las piedras preciosas que se adquieren directamente de la tierra a través de la minería se denominan piedras preciosas naturales y normalmente son muy valiosas, pues se han de pulir varias veces antes de formar una joya. El rubí, la esmeralda, el zafiro, el ópalo, la amatista, el topacio, la aguamarina, la amazonita, la turmalina, el granate, el lapislázuli, la circonita, el jade, la piedra luna, la turquesa, las ágatas, entre otras, se utilizan normalmente en joyería, engarzadas con distintos materiales como el oro, la plata o el platino. Dependiendo de la facilidad o dificultad con que se encuentre un mineral será éste más caro o más barato. Por suerte para la mayoría de los mortales, en la actualidad el precio de estos minerales y piedras (sobre todo las semipreciosas) están al alcance de casi todos los bolsillos y podemos disfrutar de ellas y contar con valiosas colecciones.
En próximos posts iré centrándome en algunas de ellas.

Qué es Reiki

Seguramente muchos de los lectores que podáis leer este escrito sabéis mucho mejor que yo qué es Reiki. Y digo mucho mejor que yo porque seguramente hace más tiempo que lo disfrutáis y lo practicáis. Pero voy a intentar explicarlo aquí un poquito para quienes no hayan estado tan en contacto con Reiki como otros.
La definición más simple y a la vez más complicada es decir: Reiki es amor. Y es cierto, pero con decir esto decimos mucho y podemos entender poco, a la vez. Por lo tanto, voy a ir desgranando un poquito las explicaciones y me basaré sobre todo en definiciones que, si bien se pueden encontrar en los libros y en otros blogs, son las que me han permitido a mí llegar a la conclusión de que ciertamente Reiki es AMOR.

Introducción. El Reiki es un sistema de armonización con la naturaleza que promueve la curación mediante la imposición de las manos, la autosanación y el equilibrado bioenergético del cuerpo, usando y dirigiendo para ello la Energía Vital Universal. Reiki es una palabra japonesa que consta de dos sílabas: Rei (energía universal) y Ki (Energía vital).
Por tanto, es una disciplina de origen oriental que canaliza determinadas energías de Universo a través de las manos con el fin de aliviar dolencias corporales, mentales y espirituales. Durante la terapia de Reiki se trabaja directamente con el campo energético del paciente o de uno mismo en el autotratamiento, canalizando hacia los cuerpos sutiles la Energía Vital Universal, y de esta forma se incide sobre los bloqueos que perturban la libre circulación de dicha energía en el cuerpo y que hace, a la vez, evolucionar el alma. El Reiki, pues, logra el reequilibrio bioenergético a través de la imposición de manos.

¿Quién puede practicar Reiki? El Reiki puede ser practicado por cualquier personas, incluso los niños y ancianos o enfermos sin límite de edad, pero para poder practicarlo se debe estar iniciado por un maestro para que nos abra los canales por donde se recibe la energía Reiki, ya que de otra forma se estaría transmitiendo energía propia y no del Universo y el practicante se desgastaría sobre manera y los resultados no serían todo lo efectivos que pueden ser tras ser iniciados debidamente.

¿Por qué he dicho antes que Reiki es AMOR? Quien practique o reciba Reiki es capaz de entenderlo pronto, pero se puede entender, por ejemplo, diciendo que Reiki es energía universal de la más alta dimensión que porta las propiedades del amor, la armonía y la sanación. El Amor es la esencia del universo, la armonía es su voluntad y la sanación es su efecto.
La principal finalidad de Reiki no es curar las enfermedades, sino mantener sano el cuerpo y la mente, a fin de poder gozar de la felicidad de la vida. Y quién no puede sentir amor pudiendo gozar de la felicidad de la vida o ayudando a los demás a tenerla...
Así pues, el Reiki no es sólo una terapia manual, sino que representa un camino de evolución personal que implica la armonía con las fuerzas del universo y un compromiso con uno mismo de búsqueda y reencuentro del Yo interior. Se trata, así, de emprender el sendero de nuestra propia libertad y éste pasa por reconocerse a uno mismo, lo que implica adquirir integridad en el trato con otras personas, y desde la verdadera libertad eliminar los miedos y instaurar la alegría y el amor para poder ser útiles tanto a nosotros mismos como a los que nos rodean.

En otras publicaciones iré explicando más cositas de Reiki. Hasta entonces quedaros también con esto:
- Sólo por hoy no te enojes
- Sólo por hoy no te preocupes
- Sé agradecido
- Sé honrado contigo mismo y con los demás
- Trabaja desde la amabilidad y el respeto

Yo creo...



Estas son algunas de las muestras de los pendientes y collares que voy haciendo en mis ratos libres.
Espero que os gusten. Todas estan hechas con
minerales y con mucho cariño.






¿Por qué el nombre de Celeste?

Bueno, como habréis visto, yo en realidad me llamo Roser, Celeste es simplemente un nickname, y ahora quiero empezar aquí a contar una historia que espero no tenga final. En ella, como se verá, se verán envueltos mis amigos incondicionales de hace ya unos cuantos añitos, conocidos por el medio nada "bien visto" de un chat de internet.
Cuando empecé a tener un ordenador un poco más potente que el que había tenido hasta el momento, descubrí que por internet se podían hacer muchas más cosas de las que yo hubiera nunca imaginado. Hasta ese momento conocía "messenger", los correos, y unas cuantas páginas de internet. Pero pronto me di cuenta de que aquello que hoy está también tan mal visto por la Sgae era una forma de poder "almacenar" películas y documentales en mi videoteca particular. Y, como para gustos, colores, yo simplemente creo que la descarga de archivos y películas no es más que una forma de intercambio, pero no voy a entrar ahora en esos derroteros, que alguno (si es que lo hay) que lee este blog podría rebatir. Bueno, el hecho fue que en una de esas primeras descargas con un programa P2P "Emule", encontré un día un botoncito que ponía "irc", lo activé, y una vez entré (ya no recuerdo ni cómo) vi que allí se hablaba de problemas técnicos del programa y otras cuestiones relacionadas con el pc. Así que me gustó y empecé a darle a ese botoncito y a leer lo que por allí se decía. Ufff, no sé ni lo que me costó hablar la primera vez; sé que fue para preguntar algo que no me funcionaba bien y que dos de las personas que veía que siempre ayudaban intentaron hacer lo propio. Creo que no salió bien, y finalmente fue mi propia investigación lo que llevó a que se solucionara el problema. Pero eso ahora no viene al caso. Lo que sí viene al caso es la gran cantidad de momentos que pasé con esas personas que siempre intentaban ayudar a los usuarios que por allí entraban. Y me aficioné a hacer lo mismo. Y de ahí viene el nickname "celeste", pues tuve que buscarme un apodo que es lo que se suele hacer en los chats; normalmente no se usa el nombre propio, sino otro con el que identificarte. Y yo, que no soy muy ingeniosa, pues escogí este de "celeste" que me pareció bonito no sólo por el color sino por la referencia a la bóveda celeste (entiéndase cielo). Bueno, ya con el nickname a punto fui entrando más veces al chat de emule, y con el tiempo fui conociendo y relacionándome con las personas más asiduas y finalmente me unieron al grupo de moderadores de ese irc de emule. Así también aprendí que había un programa llamardo mIRC que facilitaba mucho las cosas para poder hablar y ayudar. Y así conocí a muchas personas buenas y honradas, de las cuales guardo buen recuerdo y desde aquí les quiero dedicar una sonrisa. Hay otras, sin embargo, que no sólo guardo de ellas buen recuerdo, sino que ahora se cuentan entre mis mejores y queridos amigos: Jose_Ma, Quima, Pedro, Juan, Luis, sobre todo, y espero y deseo que estas personas se unan a este blog y sean tan partícipes, si así lo desean, como yo. Por esto he decidido guardar este comentario en una etiqueta que se llame "Irc", para poder entrar aquí todo lo que quieran enseñar. Lo cierto es que ya tenemos experiencia de eso, pues cada uno de ellos ya ha aportado su granito de arena en cuanto a orientaciones y manuales varios se refiere. Así que si gustan les doy la bienvenida a este blog, que seguro será tan mío como suyo, pues casi seguro que en las cuestiones más técnicas cualquiera de ellos podrá echarme una mano para seguir adelante.

CQC (Quima)

Jose_Ma, Celeste, Segovia1040 (Pedro)





Mi espiritualidad

Bueno, no sé si soy muy espiritual o no, eso ya se verá, de momento contar que hace unos meses me inicié en Reiki. Las cosas no suceden, verdaderamente, por casualidad. Un día, viendo un programa de televisión, hablaban de los "chakras". Yo había oído hablar de ellos hace muchos años, cuando vivía más "espiritualmente" que tiempo atrás. Hablaban del desequilibrio de los chakras y cómo se podía solucionar este desequilibrio con Reiki. Al poco tiempo encontré un sitio donde me hicieron una sesión de Reiki. Sentí mucha paz, como hacía tiempo que no la había sentido. Y quise seguir ese camino. Además,  el día que recibí mi tratamiento de Reiki como por arte de magia re-apareció en mi vida una amiga a la que hacía muuuucho tiempo que no veía. Y fue importante para mí.
En el apartado de Reiki iré explicando cositas que considero pueden ser interesantes para mucha gente. Y espero también que haya más aportaciones.

De momento, decir que el Reiki ha cambiado sustancialmente mi vida. Ha cambiado mi forma de ver el mundo, de ver a las personas. Me ha abierto el campo a otros intereses, a ver la vida de distinta forma. Y me ha dado la posibilidad de conocer y reconocer a personas increíbles. Quiero dar las gracias desde aquí a todos los que han contribuido a hacer de mí, si puede decirse, mejor persona: Maria José, mi maestra, Fátima, Maria, Xela, maestra en Reiki también, Silvia, Estefanía, y algunos que me dejo, y espero que me perdonen por no ponerles en la lista. También agradecer a mi marido, por su paciencia, y a mi madre y a mi hija, que también llevan lo suyo con mis tratamientos, aunque también se han beneficiado de ello :)

A finales de julio de 2012...

Bé, aquí comença el camí...

En fin... aquí empieza nuestra andadura...

Y digo nuestra porque quiero que sea de todos, no sólo mía. Espero la aportación y la colaboración de todos y cada uno de los que asoméis vuestra mirada por este sitio.
Quiero que este lugar sirva para poder expresarse libremente, pero con una sola condición: el respeto. No vale ser mal educado o faltar el respeto a nadie. Cada cual puede expresarse en el idioma con el que se sienta más cómodo. Yo he empezado en catalán porque es mi idioma, con el que me identifico, con el que pienso, con el que sueño..., pero voy a seguir en castellano porque quiero que este blog llegue a mucha gente y no quiero poner trabas idiomáticas. Tengo muchos amigos catalanes, por descontado, y gente a la que admiro mucho. Pero también tengo la satisfacción de poder contar con otros amigos con los que no comparto idioma materno y les quiero mostrar mi respeto, por un lado, y mi gratitud por otro, por quererme tal como soy. Por supuesto, quien quiera expresarse en catalán, en euskera, en gallego, o en inglés o francés o en el idioma que sepa, también tiene entrada libre.
Poco a poco iremos configurando el blog y supongo que tomará algún camino más definido. O quizás no. Todo se andará y se verá. Mientras tanto, pongamos nuestra ilusión en él...